70 frases célebres de Francisco de Quevedo

Francisco Gómez de Quevedo Villegas y Santibáñez Cevallos, más conocido como Francisco de Quevedo, fue un famoso escritor del llamado Siglo de Oro español.

Este escritor nació en el año 1580 en la famosa ciudad de Madrid y fue conocido comúnmente por su obra poética, aunque también escribió sobre otros temas como la narrativa o el teatro.

En la actualidad está considerado como uno de los escritores españoles más relevantes de todos los tiempos y su obra es ampliamente recomendada por un gran número de lectores. Las obras de este afamado escritor son consideradas de lectura obligatoria en gran cantidad de cursos educativos, cobrando vital importancia cuando hablamos de filología hispánica.

Índice de contenidos

Las mejores frases de Francisco de Quevedo

Si deseáis haceros una pequeña idea sobre la persona que fue Francisco de Quevedo, a continuación encontraréis sus 75 frases más célebres, para que podáis conocer un poco más sobre su persona.

1. Haces lo que padeces y te imitas.

Como seres humanos, solemos caer en los mismos errores.

2. Trajeron caldo en unas escudillas de madera, tan claro, que en comer una dellas peligrara Narciso más que en la fuente.

Efectivamente las ollas no deben fabricarse de madera, pues sería complicado poder servir el caldo.

3. No hay gusto más descansado que después de haber cagado.

Una cita muy sincera que quizás no nos esperábamos de este escritor.

4. Poderoso caballero don Dinero.

Una frase que guarda una gran verdad, el dinero puede sernos muy útil en la vida.

5. El amigo ha de ser como la sangre, que acude luego a la herida sin esperar que le llamen.

Las amistades pueden ser nuestro mayor poder, podemos llegar muy lejos con las amistades correctas.

6. Todos los que parecen estúpidos, lo son y, además también lo son la mitad de los que no lo parecen.

Efectivamente la estupidez es una lacra que azota duramente a la humanidad.

7. Pregunta a mi pasión y a mi ventura y sabrá qué es pasión de mi sentido lo que juzga blasón de mi locura.

Debemos poner toda nuestra pasión y dedicación a todo lo que realicemos en la vida.

8. Siempre hay quien ponga malos nombres a la virtud, más siempre son los que no merecen conocerla.

Comúnmente solemos criticar a aquellas personas que en realidad envidiamos.

9. ¿Cómo puede morir de repente quién desde que nace ve que va corriendo por la vida y lleva consigo la muerte?

La muerte es algo que a todos nos llegará, no debe sorprendernos cuando aparezca.

10. Nunca mejora su estado quien muda solamente de lugar, y no de vida y costumbres.

Para cambiar nuestra vida realmente, debemos cambiar nuestra forma de ser y acciones.

11. En resumen, no solo las cosas no son lo que parecen, ¡Ni siquiera son como se llaman!

No debemos dar nada por sentado, podemos tener una idea equivocada acerca de algo o simplemente irreal.

12. Estimado lector, que Dios lo proteja de los libros malos, la policía y las mujeres regañonas, con la cara lívida y el cabello rubio.

Una cita que nos habla sobre cómo era realmente Quevedo, con sus virtudes y sus defectos.

13. Quien no ama con todos sus cinco sentidos a una mujer hermosa, no estima a la naturaleza su mayor cuidado y su mayor obra.

Quevedo sentía un gran amor por las mujeres que tenía a su alrededor, para él eran algo vital en su vida.

14. Bien acierta quien sospecha que siempre yerra.

Una cita que nos viene a decir el típico refrán de: “piensa mal y acertarás”.

15. Todo lo cotidiano es mucho y feo.

Los aspectos cotidianos de la vida eran para este escritor tediosos y carentes de importancia.

16. Lo mucho se vuelve poco con desear otro poco más.

Efectivamente la avaricia rompe el saco, debemos saber cuándo tenemos suficiente de algo.

17. El agradecimiento es la parte principal de un hombre de bien.

Demostrar nuestro agradecimiento a un amigo o aliado, nos podrá brindar en el futuro su ayuda si volvemos a necesitarla.

18. Más fácil es escribir contra la soberbia que vencerla.

Aquellos hombres soberbios acaban siendo víctimas de sí mismos y de su propia actitud.

19. Si haces bien para que te lo agradezcan, mercader eres, no bienhechor; codicioso, no caritativo.

Cuando hacemos un bien a alguien debe ser por nuestro gozo personal, no por ser recompensados en el futuro.

20. Sólo el que manda con amor es servido con fidelidad.

Nuestros subalternos o trabajadores, deben saber que son importantes para nosotros y que sin su ayuda no sería posible la labor que realizamos.

21. Soy un fue y un será y un es cansado.

Durante la vida todos evolucionamos y cambiamos, no somos la persona que fuimos ayer pero a la vez sí lo somos.

22. Vedamos a todo marido que ha sufrido el poder de hacer testamento, porque no es justo que tenga última voluntad en la muerte que no supo tener en vida.

Una cita que nos da mucho que pensar, sin duda en la vida no tenemos control sobre la suerte de la que disponemos.

23. Hay libros cortos que, para entenderlos como se merecen, se necesita una vida muy larga.

Con pocas palabras se pueden decir muchas cosas, pues a buen entendedor, pocas palabras bastan.

24. No hay rueda de tormento mayor que la presencia y vista de un padre a un hijo en la confusión de algún error grande.

Como padres, los errores de nuestros hijos los llegamos a percibir como propios.

25. La paciencia es virtud vencedora, y hace a los reyes poderosos y justos.

La paciencia es una virtud que puede ayudarnos mucho en nuestra vida.

26. A los hombres que están desesperados cásalos, en lugar de darles sogas; morirán poco menos que ahorcados.

Una forma muy peculiar de entender el matrimonio, Quevedo tuvo en su vida grandes dudas sobre él.

27. Dijo la rana al mosquito desde una tinaja: más quiero morir en el vino que vivir en el agua.

Vivir la vida al máximo es algo que todos podemos y que realmente debemos hacer.

28. Retirado en la paz de este desierto, junto con algunos libros, pocos pero sabios, vivo conversando con el difunto y escucho a los muertos con mis ojos.

Gracias a el poder de la lectura, podemos volver a escuchar pensadores de un tiempo pasado.

29. El amor a la patria siempre daña a la persona.

En esta cita, Quevedo nos habla sobre el nacionalismo, este no era partidario de los extremismos.

30. Entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad escoja.

Toda elección es fácil para aquel que tiene suerte en la vida.

31. Cerrar podrá mis ojos la postrera sombra, que me llevare el blanco día.

A todos nos llegará el momento de nuestra muerte, por desgracia es ley de vida.

32. Seré polvo, más polvo en el amor.

El recuerdo que dejamos de nosotros, será lo que perdurará tras nuestra muerte.

33. No hay verdadero amor donde hay alguna sospecha.

En una relación de pareja la confianza es algo fundamental, cuando esta se pierde, la relación está destinada al fracaso.

34. Donde hay poca justicia es un peligro tener razón.

Nuestras ideas pueden llevarnos a sufrir graves injusticias, incluso en otro tiempo llegar a costarnos la vida.

35. El ciego lleva a cuestas al tullido… ande el pie con el ojo remendado.

Todos tenemos nuestros propios problemas, pero apoyándonos en los demás podremos superarlos.

36. La posesión de la salud es como la de la hacienda, que se goza gastandola, y si no se gasta no se goza.

La salud es algo que podemos dañar según la vida que llevemos, deberíamos apreciarla y cuidarla mucho más de lo que lo hacemos.

37. Los verdaderos grandes son los de ánimo grande.

Nuestro ánimo puede llevarnos a poder cumplir todos nuestros objetivos vitales, debemos ser positivos.

38. Bien sé a cuántos contradigo, y reconozco los que se han de armar contra mí; mas no fuera yo español si no buscara peligros, despreciándolos antes para vencerlos después.

Quevedo fue, como todo buen español, un hombre de armas tomar, vivió su vida tal y como él deseó.

39. El exceso es el veneno de la razón.

Cualquier cosa en exceso nos dañará, los excesos jamás son buenos.

40. Cuando el avaro dice: tengo un tesoro, el preso dice: tenga una cárcel.

Dime de qué presumes y te diré de qué careces, nunca debemos ser avariciosos.

41. No quieres inmortalidad porque lo dudas, sino porque la temes.

La muerte es algo que aterra a cualquier persona, pues lo desconocido siempre es algo a lo que hemos temido.

42. No hay cosa que más avive el amor que el temor de perder al ser amado.

Perder a nuestro ser amado es una de las cosas más dolorosas emocionalmente que podemos experimentar.

43. Una sola piedra puede desmoronar un edificio.

Incluso las más grandes fortalezas siempre tienen un punto débil.

44. El que quiere de esta vida todas las cosas a su gusto, tendrá muchos disgustos.

Ser demasiado perfeccionistas puede llevarnos a sufrir mucho, pues la vida está llena de imperfecciones.

45. No hace la codicia que suceda lo que queremos, ni el temor que no suceda lo que recelamos.

La vida puede traernos muchos aspectos positivos o negativos, nosotros en realidad tenemos ningún poder sobre la llegada de muchos de ellos.

46. Siento haber de dejar deshabitado cuerpo que amante espíritu ha ceñido; desierto un corazón siempre encendido, donde todo el Amor reinó hospedado.

Una frase realmente muy romántica de este afamado poeta. Esta es una de las mejores 75 frases célebres de Francisco de Quevedo.

47. El rico come, el pobre se alimenta.

Podemos comer por gusto o por necesidad, nuestra economía dicta en la mayoría de ocasiones quién puede hacer qué.

48. El amigo interesado mira a su amor propio; el verdadero, sólo al bien del amigo.

Los amigos de verdad nos apoyarán en cualquier situación, son escasos los amigos en los que realmente podemos confiar.

49. El amor es fe y no ciencia.

El amor es un sentimiento del que no tenemos control, simplemente lo sentimos nacer y crecer dentro de nosotros.

50. Pero, cuando comienzan las desgracias en uno, parece que nunca se han de acabar, que andan encadenadas y unas traían a otras.

Las desgracias, como se suele decir, nunca vienen solas, las malas rachas son algo muy común que suceden sin explicación.

51. El amor es la última filosofía de la tierra y del cielo.

El amor puede hacernos sentir maravillosamente bien, es una de las emociones más fuertes que vivimos como seres humanos.

52. ¿Quién los jueces con pasión, sin ser ungüento hace humanos, pues untándoles las manos les ablanda el corazón?

En esta cita, Quevedo nos habla sobre la corrupción en el sistema judicial de la época.

53. La impaciencia es vicio del demonio, seminario de los más horribles y artífice de los tiranos.

La impaciencia nos llevará a no poder alcanzar nuestros objetivos, debemos ser pacientes. Lo bueno un día llegará.

54. No es dichoso aquel a quien la fortuna no puede dar más, sino aquel a quien no puede quitar nada.

Ser felices con poco nos permitirá ser felices toda la vida, no necesitamos cosas que realmente no aportan nada positivo a nuestra vida.

55. No hay amor sin temor de ofender o perder lo que se ama, y este temor es enamorado y filial.

Cuando alguien nos importa de verdad, no haremos nada que pueda dañar sus sentimientos.

56. Ojos, no sé qué espero viendo cómo me tratáis; pues si me veis me matáis, y si yo os miro, me muero.

La visión de la persona que amamos nos resulta maravillosa, un ser completamente perfecto para nosotros.

57. Lo más seguro es no ponerse en peligro.

Una buena filosofía que nos puede ahorrar más de un dolor de cabeza.

58. Entre iguales son los beneficios firmes; entre sabores de fortuna, no está nuestra mortalidad segura.

Todos somos en realidad iguales: trabajamos, disfrutamos y perecemos de la misma forma.

59. Mal abriga al pobre la costumbre de no tener abrigo.

No tener dinero nos puede resultar negativo en muchas situaciones de la vida.

60. Menos mal hacen los delincuentes que un mal juez.

Efectivamente un mal juez puede realizar muchas acciones negativas para la sociedad.

61. Mi corazón es reino del espanto.

Una cita muy curiosa de Quevedo, que nos indica que este escritor sufría muchos altibajos emocionales en su vida.

62. Creyendo lo peor, casi siempre se acierta.

Como se suele, decir piensa mal y acertarás.

63. Siempre se ha de conservar el temor más jamás se deberá mostrar.

Debemos ser precavidos, pero de igual forma nunca debemos mostrar nuestros miedos a los demás.

64. La soberbia nunca baja de donde sube, pero siempre cae de donde subió.

Aquel que demuestra una actitud soberbia, acaba por terminar cayendo de su falso pedestal.

65. Los que de corazón se quieren, sólo con el corazón se hablan.

Por la forma en la que nos habla nuestra pareja, podemos llegar a descubrir si realmente nos ama.

66. Nadie ofrece tanto como el que no va a cumplir.

Cuando alguien no piensa cumplir lo prometido, prometerá todo lo necesario para salirse con la suya.

67. El ocio es la pérdida del salario.

En la mayoría de ocasiones es cierto que nuestro salario es gastado en los tiempos de ocio.

68. Por nuestra codicia lo mucho es poco; por nuestra necesidad lo poco es mucho.

El ser humano siempre desea tener más y más, no debemos caer en una codicia desmesurada.

69. Todos anhelamos llegar a viejos y todos hemos negado que ya hemos llegado.

Todos queremos llegar a viejos, pero nadie desea realmente que ese momento llegue.

70. Apocarse es virtud, poder y humildad; dejarse apocar es vileza y delito.

Debemos mostrarnos siempre tal y como somos, los demás no deben tener poder sobre nuestra personalidad.

Alberto Domínguez

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